COMIENDO CON UN SENNA

Hemos aterrizado en el aeropuerto de Sao Paulo sobre las ocho de la mañana, el viaje ha sido cómodo, dentro de lo que cabe, porque me lo he pasado durmiendo, y es que eso es lo bueno que tienen los vuelos nocturnos, que aunque el asiento no sea de nuestro gusto, al estar tan cansado te duermes igual.
Como curiosidad, deciros que en este viaje también ha venido con nosotros Fernando Alonso.
Después de aterrizar, hemos salido directos al hotel a dejar las maletas, y acto seguido ir al circuito a preparar la cámara, micros, etc, porque teníamos una cita. Y esa cita solo podía ser con uno de los cuatro pilotos brasileños de la parrilla, y quién mejor que el sobrino de Ayrton, y el piloto de la única escudería española, Bruno Senna.
Hemos quedado a comer con él, en un típico rodicio brasileño, ya sabéis, el restaurante por excelencia en Brasil, ese que no paran de traerte carnes y que comes como un animal. El sitio ya lo conocíamos del año pasado, estaba muy bien, y todo estaba riquísimo. A pasar de que me pasé casi toda la comida grabando, pude degustar la carne picanha y alguna que otra más, pero que no recuerdo su nombre.
No conocía mucho a Bruno, pero pude comprobar que es una persona muy educada, amable e inteligente, parece mayor de lo que es.
Después de la comida, nos hemos ido a acompañar a Bruno a un acto de Bridgestone, en el que participaba junto a Massa y Lucas Di Grassi, solo faltó Rubens Barrichello.
El reportaje va a quedar divertido, espero que os gusté.
Después de pasar la tarde con el sobrino de Ayrton, hemos llegado al hotel, ducha y luego fútbol, aunque aquí no hay casi ningún futbolero, por lo que solo hemos visto el partido Nira y yo.
Ahora ya estoy en ese momento del día en el que uno solo piensa en la cama y en las horas que le quedan para despertarse. Todavía me quedan muchas, porque aquí son tres horas menos, por lo que optaré por ver alguna película.